The kid

Limericks de Cristian Fernández

Era un borracho sevillano

que se encontró con un enano.

Se bebieron mil cervezas

y la melena se les puso tiesa

a esos dos amigos sevillanos.

Era un mono de Pamplona

que se comió un platano en Carmona.

La mamá mona le cantaba

por la noche una nana

a aquel mono de Pamplona.

El tesoro de las palabras

Hace muchos años en la ciudad de Palabralandia, una mañana, un gran hechicero contó a los habitantes una historia. De pronto, todos quedaron petrificados al escucharla. Con su magia, robó las voces de los oyentes, para utilizarlas él y poder formar palabras con distintos tonos de voz. Después, las guardó en un cofre que se encontraba en la isla de los Sustantivos. 

Pero a un niño, que no había asistido a la ceremonia del gran mago, no le pasó nada. Él supo de inmediato lo sucedido y decidió ir en busca del cofre. Entró en la cueva del hechicero y lo encontró dormido. En el bolsillo de la túnica había un mapa y colgada del cuello tenía una llave. El mapa lo condujo hasta la isla. Allí desenterró el cofre y les devolvió las voces a los ciudadanos, les quitó el conjuro y todos volvieron a la normalidad. Como en el cofre también halló un libro de conjuros, le hizo una maldición al hechicero y todos fueron felices.

Lucía Llanos