Todo ocurrió el año pasado en el recreo de un miércoles. Estaba ensayando con el coro, cuando mi profe de música me dio una sorpresa. Vino el director de orquesta del Teatro de la Maestranza, nos hizo unas pruebas a todo el coro, y seleccionó a los mejores para que participasen cantando en una obra del Teatro. Días después comunicó quienes eran los elegidos. De nuestro coro cogieron a siete personas, entre ellas Rocío y yo. Aparte de nuestro coro cogieron a varios niños de diez colegios de Sevilla. La obra se llamaba “Hänsel y Gretel”, íbamos disfrazados de pastelitos y con las caras manchadas de chocolate, porque nosotros hacíamos el papel de unos niños que, atraídos por una casita de chocolate, habían sido secuestrados por una bruja. Tras duros meses de ensayo llegó el momento de la actuación, actuamos dos veces en el mismo día; una por la mañana y otra por la tarde. Por la mañana nos salió bien aunque estábamos un poco nerviosos, pero por la tarde todavía mejor. Nos dieron varios regalos. Hace poco recibimos una carta del Maestranza informándonos de que mandaron nuestro vídeo a un concurso y ganamos 20.000 euros para repartirlos entre todos los niños que actuamos. Hace pocos meses nos informaron de que iban a repetir la obra con los mismos niños que actuamos, yo, contenta, la volví a repetir. Fue una experiencia inolvidable y puedo contar orgullosa que actué cuatro veces en el Maestranza.
miércoles, 29 de febrero de 2012
La primera vez que canté en el Teatro de la Maestranza
Todo ocurrió el año pasado en el recreo de un miércoles. Estaba ensayando con el coro, cuando mi profe de música me dio una sorpresa. Vino el director de orquesta del Teatro de la Maestranza, nos hizo unas pruebas a todo el coro, y seleccionó a los mejores para que participasen cantando en una obra del Teatro. Días después comunicó quienes eran los elegidos. De nuestro coro cogieron a siete personas, entre ellas Rocío y yo. Aparte de nuestro coro cogieron a varios niños de diez colegios de Sevilla. La obra se llamaba “Hänsel y Gretel”, íbamos disfrazados de pastelitos y con las caras manchadas de chocolate, porque nosotros hacíamos el papel de unos niños que, atraídos por una casita de chocolate, habían sido secuestrados por una bruja. Tras duros meses de ensayo llegó el momento de la actuación, actuamos dos veces en el mismo día; una por la mañana y otra por la tarde. Por la mañana nos salió bien aunque estábamos un poco nerviosos, pero por la tarde todavía mejor. Nos dieron varios regalos. Hace poco recibimos una carta del Maestranza informándonos de que mandaron nuestro vídeo a un concurso y ganamos 20.000 euros para repartirlos entre todos los niños que actuamos. Hace pocos meses nos informaron de que iban a repetir la obra con los mismos niños que actuamos, yo, contenta, la volví a repetir. Fue una experiencia inolvidable y puedo contar orgullosa que actué cuatro veces en el Maestranza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
esta mu bien la anécdota
ResponderEliminarfelicidades¡¡¡